viernes, 28 de julio de 2017

DIOS NUNCA PARPADEA

He estado alejada un poco de todo, por distintas razones o tal vez siempre por la misma, como si faltara tiempo para poder hacer todo lo que quieres y el tiempo que tienes lo inviertes haciendo actividades que no llenan, que no disfrutas. Hoy caminando en esas calles conocidas, las mismas del día a día, esas que tienen una enorme casa rosada, pensé en un libro que vi en la foto de algún contacto, se llama “Dios nunca parpadea” escrito por Regina Brett, son 50 lecciones de vida y quise escribir algo de cada una de las lecciones que vaya leyendo para recordar que me queda del libro y listar que lecciones ya están aprendidas y cuáles son las pendientes, no sé qué va a salir de esto, tal vez tratar de encontrarme un poco en estas cosas que escribo en cada una de las lecciones analizadas. Como son 50 lecciones tratare de dividirlo en 10 post, 5 lecciones por post, esto es un experimento, vamos a ver como sale.

1.- La vida no es justa, pero de todas maneras es buena
Creo que a la mayoría de las personas les ha tocado vivir etapas difíciles, a veces con optimismos y otras veces no tanto, en la lección se plantea una frase un tanto pegajosa, pensé haberla leído en alguna portada de un libro o escuchado de algún amigo muy optimista, incluso recuerdo haberlo dicho en algún momento de la vida tanto para mi como para alguna persona que estaba pasando por momentos no deseados “La vida es buena”. Soy de las que pienso que la justicia se creo para no verla y no sentirla a diario, creo que todo lo que pasa en tu vida, bueno o malo, es para dejarte alguna enseñanza, es para que puedas ir superando los obstáculos que se te presentan, para que puedas tener la convicción de que todo pasa por algo.
La vida es buena porque como ser humano siempre buscas ver ese vaso medio lleno, porque todos los días te planteas ayudar a los demás y sentirte bien contigo mismo, porque das y recibes amor, porque nunca estas sola, porque tienes fe, porque simplemente Dios te regala un día más de vida.
En este punto tal vez deba plantear una anécdota, cuando tenía 15 años mi padre intento suicidarse, a esa edad me costó asimilar la situación, no entendía nada, pensé en muchas cosas como que no me quería, lo internalice mucho, me quede mucho tiempo pensando en mi dolor, cuando realmente debí comprender que era el dolor o la enfermedad de otro, que debía ser un apoyo y no una víctima, ya no me culpo solo era una niña asustada, llena de rencor y muy callada y aunque ese momento quisiera borrarlo de mi vida, fue algo que forjo mi espíritu, nunca volví a ser la misma persona que era antes y tal vez de eso se trate los momentos que te marcan, que se convierten en un antes y un después, que debes tomar lo bueno para poder lograr ser una mejor persona y darte cuenta a la final que debes buscarle lo bueno a todo lo que pasa en tu vida.

2.- Puedes enojarte con Dios. Él lo resiste
En muchas etapas de mi vida he sentido que Dios no esta conmigo, que me ha dejado sola, que tal vez este enojado por cosas que hago. Me he molestado mucho cuando ocurren situaciones que no comprendo, cuando mi familia y amigos pasan por momentos difíciles, cuando llega la muerte y la enfermedad.
Últimamente he reflexionado mucho con respecto a Dios, lo he buscado y lo he encontrado en tres oportunidades, cada día aprendo y me asombra su forma de actuar, ya dejo a Dios ser Dios, ya tengo la certeza de que nunca me abandonará que siempre estará conmigo a pesar de lo que haga, que él me hace instrumento de su obra, dirige mi vida y me cuida. Todo el mundo debería tener una experiencia con Dios.
Dios se me ha presentado en forma de luz, me ha dado lo que he necesitado toda mi vida y sé que en todos los momentos que vivo está acompañándome y guiándome hacia el mejor camino.
La autora narra un punto de quiebre donde descarga la ira para luego conseguir paz, tuve una experiencia parecida, recuerdo que un día bebí mucho, estaba conversando con una amiga de todo lo que paso y pasaba en mi vida, son de esas conversaciones que con ningún terapeuta puedes tener, una conversación tan trasparente que solo el que tiene verdaderos amigos entiende lo que digo. Luego solo recuerdo que llegue a mi cuarto y dormí, a la mañana siguiente justo con despertarme empecé a llorar como una niña desconsolada, hasta el sol de hoy recuerdo esa mañana, le escribí a mi hermana y le dije que no entendía porque después de todo lo que paso con mi padre, el asunto se había convertido en un tabú, nadie hablaba de eso, a veces sentía que había sido una pesadilla que nunca fue real, sabíamos que mi padre había mejorado ya estaba bien, ¿pero y nosotros? ¿Qué pasaba con el resto de la familia? Después de esa conversación con mi hermana todo fluyo, yo deje de ser esa chica reservada, esa chica callada que no permitía que nadie entrara, empecé a ser la persona que siempre había querido ser.

3.- El paso del tiempo cura todo. Dale tiempo al tiempo
En este punto quisiera hablar del dolor y como el tiempo lo sana. Creo que todos en algún momento hemos sufrido por amor, se nos ha muerto un ser querido, nos han dañado de muchas formas, nos han hecho sentir culpables, pasar rabias, sentir dolor, estar con mucho odio en el corazón y solo cuando el tiempo pasa nos damos cuenta que aquella mala palabra, aquel mal gesto, aquella incomprensión, mal sentimiento, ese grito que retumbo tus oídos no deben estar más en tu corazón, no debes culparte ni pensar que alguna acción tuya pueda provocar odio en los demás, todo el mundo cada día debe responsabilizarse por sus acciones y tú, muy personalmente, debes intentar cada día ser mejor persona. Antes mi vida estaba llena de venganza, vivía pidiendo que todo en esta vida se regresará de igual forma, que si alguien le gritaba a una persona, en algún momento de su vida se le iba a regresar, pero eso no me hacía ser mejor persona y cuando me di cuenta que no es lo que me define, de ahora en adelante solo pido amor, entendimiento y paciencia a todas esas personas que le hacen daño a los demás.
En este punto seré muy general, en algún momento alguien me grito y me hirió de muchas maneras, aunque son cosas que no se borran de la memoria muchas veces, el tiempo hace que los perdone y hoy solo le pido a Dios mucho amor para esas personas.

4.- Cuando te sientas vacilante, solo da el siguiente paso
Tenía un jefe que decía un peo a la vez es una expresión que se utiliza para decir que debemos solucionar un problema a la vez. Creo que esa frase la transforme en un día a la vez.
Hace poco mas de un año tome la decisión de irme de mi país y creo que fue la decisión mas grande que he tomado hasta este momento, muchas cosas cambiaron, esto ha sido un antes y un después y creo que a este punto llegue por pequeños pasos que he dado, sintiendo mucho miedo por todo, ¿cómo lo llaman? ¿panofobia?, me daba miedo el clima, el estar lejos de mi familia, no conseguir trabajo, enfermarme, vivir en pareja, tantas cosas, pero creo que son miedos que nos acompañan no importa en donde estés y que debes soltar para descubrir que te hace feliz.
De pequeña siempre me gustó la poesía, incluso llegue a creer en la reencarnación y creí que en la otra vida había sido Jose Angel Buesa un poeta cubano, cuando llegue a la universidad solo quería ser un híbrido entre mi padre y mi madre y a la final me gradúe de ingeniera química, tal vez leyendo esta lección desempolvaré un poco mi pasado y solo daré el siguiente paso.

5.- La vida es demasiado corta para perder el tiempo odiando

Quien no ha pasado por malos comentarios, que un externo hable mal de ti o simplemente que alguien te grite o te haga sentir mal por criticas destructivas. Creo que realmente el arte de perdonar y las buenas prácticas de rezar por aquellas personas que nos han herido y nos han hecho tanto mal es una liberación enorme. Yo era de esas personas rencorosas con ansias de justicia, queriendo que todo el mundo recibiera lo que merecía, me resultaba muy agotador y casi nunca obtenía la paz que necesitaba. Un día me di cuenta que ese no era el camino y no ha sido fácil cambiar esa forma de ser, cuando recaigo le pido a Dios entendimiento y que me de las fuerza para dejar atrás cualquier resentimiento que no me deja vivir, me di cuenta que los cambios no son tan instantáneos que siempre hay una curva de aprendizaje pero creo que el secreto es intentarlo una y otra vez.